Mucho por hacer

Reconozco que el tiempo no me cunde mucho últimamente.  Se me acumulan las tareas y tengo que limitarme a establecer prioridades.  Cuando surge un rato libre, quizás lo último que apetece es ponerse a podar las abelias, pero la semana pasada tuvimos cuatro días de fiesta, así que hubo bastantes ratos libres.    ¡Hay tanto por hacer en el jardín! Después del verano y de las lluvias que hemos tenido, las plantas están desmadradas, las piedras del camino sucias y la hierba es un criadero de musgo.  Hay tanta humedad que han salido hasta hongos.

Es una gozada observar cómo la naturaleza sigue su curso y como cada año por estas fechas mi crisantemo amarillo florece y justo cuando empieza a hacer frío y el cielo se vuelve gris, nos regala color y pone luz en cualquier estancia.

Los días han transcurrido tranquilos, hemos aprovechado los días de fiesta que tuvimos para hacer más cosas todos juntos.  Poder merendar tranquilos sin prisas con la única preocupación de planear a qué jugar después.

O disfrutar de una cena casera a base de tortilla de patatas, ensalada y un lambrusco fresquito.  ¡Mmmm no me hace falta nada más para sentirme en la gloria!

Por cierto, ya que hablo de comidas diré que no soy muy aficionada al chocolate, pero hace poco compramos uno que llevaba una especie de galleta por dentro, y madre mía, solo me faltaban estos aportes extra de calorías.  Espero que se acabe pronto, porque este tipo de tentaciones en el armario son demasiado para mí.
Hasta pronto.