30 mayo 2012

Bolas chinas

¡Haaaaaala!  No presipiteeeen.  ¡No es lo que pareceeee!  Digo bolas chinas porque son unas bolas compradas en la tienda del chino.  Si es que......

Son las últimas que me quedaban y las he usado para esta entrada.  ¿Ustedes creéis que de estas pequeñas pelotillas se puede llegar a conseguir unas bolas cual canicas de cristal?



Pues sí queridos amiguitos.  Añadimos agua del grifo en abundancia. 


Dejamos reposar al menos una noche, y al día siguiente.......  ta-chaaaaaannnn!!!!


¡No me digáis que no es maravilloso!  Es como un milagro de la ciencia, algo precioso,  inexplicable, traspasa los límites de mi conocimiento... Puede ser útil o no, pero es ideal.  ¿Sí o qué?
Va, fuera de coñas, se trata de unas bolas que se convierten milagrosamente en una especie de gelatina blandengue, que retiene el agua en su interior y que son muy prácticas cuando vas a estar unos días fuera de casa y no quieres que tus plantas se queden chuchurrías.  Como últimamente solo salgo a comprar el pan como quien dice, les doy otro uso, más creativo y decorativo.


Pongo las bolas en el recipiente a utilizar (que mal me ha sonado...) y meto unas ramitas sencillas a la par que elegantes en el mismo.  El resultado: ESPECTACULAR, vamos, como de portada de revista de "Casa y jardincillo".


Si pongo unas rosas, aunque estén así de pasadas, también queda precioso.  Yo es que soy así, estas cosicas me llenan de alegría, el colorido que se consigue, las infinitas combinaciones que se pueden hacer.  Esto puesto en la cocina cuando ya está recogida y limpita, es lo más.





Hasta pronto.

28 mayo 2012

¡No sé qué hacer!

 
 
Esta ha sido la frase más repetida por mi hijo en la tarde de ayer.  Llamó a dos amigos, pero ninguno estaba, así que el plan B es como de costumbre dar la tabarra a su madre.  Supongo que al igual que a mí,  os dará rabia que con tantos juguetes, juegos de mesa y artilugios varios puedan sentirse así.  Y como yo no soy de esas madres supercreativas que te sacan un cartón de huevos y cuatro pinturas y te construyen un cohete teledirigido, a lo más que llego es a sacar alguna cosa olvidada en el garaje.  En este caso fue una preciosa casita de tela que le regalaron cuando tenía cuatro años y que seguimos guardando porque sobre todo en verano disfruta mucho de ella.


Siempre dice que le deje dormir ahí alguna noche.  Ayer me lo repitió otra vez, y le respondí que esperemos al verano, cuando haga más calor y las noches no sean tan frescas.  ¿Se atreverá?


Otra actividad "creativa" que se me ocurrió fue hacer pompas de jabón.  Quería conseguir una foto bonita, con la luz atravesando la pompa, pero no se estaban quietas las jodías y salían todas borrosas.  Esta es la única que se salvó de la eliminación.

Por cierto, ayer me acordé de la operación bikini (que ya debería haber llegado) en el mismo momento en el que empecé a hincar el diente a este trozo de tarta helada.


Así que la buena obra fue comérmelo y luego salir a dar un pequeño paseíto para acallar mi conciencia.  Ver que todo está en plena floración me llenó de alegría, como este precioso árbol.  ¡Qué color más bonito!


Ahora mismo, en cuanto publique esta entradita, me he impuesto firmemente apagar el ordenador y ponerme a hacer las cosas de casa, porque estoy tan emocionada con el blog que se me pasa el tiempo "blogueando" y no puede ser.  Aprovecharé esta semana que tengo libre para hacer limpieza a fondo y acabar gestiones pendientes.  (por ejemplo, renovar el carnet de identidad que hace casi dos años que lo tengo caducado... qué vergüenza...)

Hasta pronto.

25 mayo 2012

Calorazo

Ya dije ayer que hoy me lo montaría mejor.  Nada de trabajos agotadores, y menos con los más de 30º de hoy.  Tranquilidad.  Los calores me dejan planchada y con pocas ganas de hacer algo.  Así que lo primero y más importante un cafelito recién hecho.


He ido a buscar al peque a la parada del autobús y de vuelta parecíamos dos almas en pena, buscando cualquier trocito de sombra que nos amparase.  Por cierto, estas dos monadas las trajo hace poco.  Están hechas con filtros de café.  ¿A que son monos?  (a esto se le llama en el argot "amor de mader")


Aunque a regañadientes he conseguido convencerle para ir juntos a comprar el pan, que por cierto alguien debería investigar "el increible caso de las barras de pan menguantes", porque a mí me da la sensación de que cada día son más pequeñas ¿no?  Yo las aprovecho hasta la última miga.  Parto varios trozos, los abro por la mitad y los congelo.  Luego preparo el bocata del almuerzo con el pan congelado, y a la hora de comerlo ya está rico-rico.  Si pongo embutido lo suelo untar con tomate y aceite para que quede más jugoso.

Y por haber superado con éxito una semana más de madrugones, legañas, tareas y sudores, nos hemos premiado con un rico heladito, de estos que crujen cuando los muerdes,  ainssss...  Casualidad que me ha visto mi querido marido y me dice: ¿te tendrás que empezar a cuidar un poco no?  Míralo él, que no engorda ni patrás, es más, YO engordo lo que come él.  No te digo...


¡Estooooooo... que estaba muy rico! Ya llegará la operación bikini, todo a su debido momento.  Corto y cierro.
Hasta pronto.

24 mayo 2012

Tarde libre. ¿Pa qué?

 

¡Ahhh qué bien, cuando trabajo de mañana y me queda la tarde libre!  Puedo ir a buscar al peque a la parada del autobús, con calma, sin prisas.  Venimos andando hasta casa tranquilamente.  Después lo de siempre, merendar, ver un poco la tele para desconectar de las clases y luego lo que toque, tareas, deporte, ducha, en fin, las que tengáis hijos en primaria ya sabéis de qué va.

Con la tarde tan estupenda que hacía, se me ocurrió asomar la cabeza al jardín: ¡en buena hora!  La hierba horrorosa, restos de hojas por todas partes, trozos de tierra en las baldosas, bueno, la jungla.  Como soy una mujer de recursos y me ha pillado el momento "estoloarregloyoenunperiquete" he traido la turbosegadora modelo "Starsky y Hach", y me he liado la manta a la cabeza.


Esto ha sido como cuando quieres quitar una manchita en el frente del armario de la cocina, y al final lo acabas limpiando entero mientras te acuerdas de todos tus familiares.  ¡Menudo palizón! Barrer, recoger la hierba, limpiar la máquina, llenar dos bolsas de basura, regar alguna planta chuchurría, ya de paso limpiar las sillas y la mesa...  y como siempre que se me ocurre barrer fuera hace viento, cada vez que llenaba la pala se formaba un remolino y salía todo volando.  ¡¡¡Mecagüentóoooo!!!, osea, que al final he barrido dos veces.
Total pa ná, porque el césped está peor que un campo de fútbol de cuarta regional B.  (y mis riñones más)
Mañana me lo monto mejor, fijo.
Hasta pronto.

20 mayo 2012

Agua y frío


¡Menuda avalancha de agua y frío!  Es una pena que haya hecho tan mal tiempo este fin de semana: las temperaturas han bajado más de 10 grados, hemos vuelto a ponernos los calcetines y hoy, sinceramente parecía enero. No hemos salido para nada.  Hubiéramos estado todo el día en pijama.
Hemos empezado el domingo desayunando el peque y yo juntos.  Me encanta. A veces estamos callados y nos concentramos en saborear el desayuno.


Otras le da por contarme cómo consiguió pasar  no sé qué videojuego superdifícil, o me canta canciones que ha memorizado, o me cuenta chistes de Jaimito, mientras yo le escucho con un "aha, aha".


Quizás sea que los día de lluvia me vuelven más melancólica, pero en nuestro caso hemos pasado un buen rato ojeando unos cuentos de mi infancia.  Tanto colorido me ha llenado de alegría.

 

En particular estos cuentos de abajo me traen muchísimos recuerdos. La niña que se fija en lo sucia que está la ropa de sus muñecas y decide lavarla.  Después de tenderla en el campo, una cabra se la come.  Tras el disgusto, la dueña de la cabra le dice que le ayudará a coser ropas nuevas para las muñecas. O el osito que fue a coger manzanas y salió por patas.  Los dibujos son preciosos.

 

También ha habido tiempo para jugar con Merlin el manco.


Comer unas pipas saladas.



Y por supuesto, hacer un poco el vago en el sofá.


Hasta pronto.

18 mayo 2012

En la mesa

Reconozco que no me gusta cocinar.  Así de tajante.  Eso no quiere decir que cocine mal, pero me falta ese punto de cariño que tienen los platos de nuestras madres o suegras.  Mi sufrido marido "se lo come tó", y no suele quejarse (pobrico)...
Por lo tanto, me centro en los platos que suelen salir ricos y no me lío, que me conozco.  Por ejemplo, el puré de calabaza y zanahoria, que es muy fácil de hacer: se corta todo en trocitos, se deja unos seis minutos en la olla exprés y luego se tritura.



El caldo restante no lo tiro, sino que lo meto en recipientes que luego congelo.  Los utilizo cuando hago otro de mis platos "estrella" que son los garbanzos de bote.



El caldo de calabaza les da un sabor exquisito, un poco dulce.  Este plato lo hice ayer.


Ya que estamos con los naranjas y amarillos, un plato típico de aquí es la porrrusalda, que se hace con patata, zanahoria y puerro.   Este lo preparé la semana pasada.

 
Por la noche cenamos los tres juntos a las ocho y media.  Como el postre suele ser otro quebradero de cabeza, de vez en cuando preparo natillas (de sobre, claro).  A veces les añado cacao en polvo para darles otro toque, pero ayer las hice solo de leche.


Me gusta el colorido de estos platos, gama de naranjas y amarillos, alegres y dulces.

Hasta pronto.

16 mayo 2012

Pequeños tesoros

 
Cuando era niña jugábamos casi siempre en la calle.  Había menos coches y eso daba cierta seguridad.  Llegábamos del colegio y después de que tu madre te plantase el bocata de pan con chocolate en la mano, salíamos a jugar: rayuela, coches (me encantaban), cromos, saltar a la cuerda, jugar a las gomas, a los recortables y mil cosas más.  Pero una de las cosas que más me gustaban era recoger "tesoros".  Lo mismo valía un tapón de plástico, que una piedra con forma especial, un palo o una bolsa de pipas vacía.

Tener un hijo me ha traído muchos recuerdos de la niñez, quizás porque inconscientemente comparo cómo era yo a su edad.  Por eso cuando vamos de paseo, de excursión o a la playa,  me sale la vena recolectora.

Hace poco, yendo por un camino nuevo descubrimos unos trocitos de cerámica (según el peque de la época romana.... esto... igual).  Fuimos mirando con más detenimiento y encontramos otros de diferentes colores.  Supongo que restos de algún antiguo derribo.


Han pasado a formar parte de nuestra pequeña colección de tesoros.  A saber: palos, bellotas, castañas, hojas secas.


Piedras y conchas de la playa.


Y ahora los restos "romanos" que aportan un toque de color.


Realmente no sé para qué guardamos todo esto, quizás para hacer alguna manualidad o simplemente como recuerdo de los buenos ratos pasados.

Hasta pronto.

14 mayo 2012

Domingo azul

Hace menos de 24 horas que tomé estas fotos de nuestro paseo de ayer, y resulta curioso que estoy disfrutando de ellas más que durante el paseo en sí.  Puedo apreciar más matices y colores, más simetrías.  Puedo incluso sentir la brisa que movía las plantas en los campos.


El viento movía el trigo en oleadas.  Guardamos silencio un momento y cerrando los ojos lo escuchábamos hablar.


Las plantaciones de colza inundan de amarillo el paisaje y se abren paso entre el trigo o la cebada.



Después de un buen rato llegamos por fin a nuestro destino: el acueducto.  Me encanta esta construcción.  Se inauguró en 1790 y hasta 1895 trajo agua hasta Pamplona.  Luego dejó de utilizarse porque llegaron nuevas formas de abastecimiento. 


El tren pasa por debajo de uno de los arcos.


Esto fue ayer, pero el sábado también hubo tiempo para salir a comer a un chino.


Misteriosamente aparecimos en un castillo custodiado por un dragón que nos quería como merienda.

 

Tuvimos que sortear las mil y una cadenas que cerraban los portones del castillo.


Atravesar un puente de lava.

 

Saltar el foso con la agilidad de un gato.


Cruzar a toda pastilla el bosque encantado con cuidado de no encontrarnos con el enano gruñón.



Una vez a salvo, tomar un buen trago de agua y reponer fuerzas.



 ¡Uffff! ya no estoy para estos trotes...

Hasta pronto.

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