¡Ahhh qué bien, cuando trabajo de mañana y me queda la tarde libre! Puedo ir a buscar al peque a la parada del autobús, con calma, sin prisas. Venimos andando hasta casa tranquilamente. Después lo de siempre, merendar, ver un poco la tele para desconectar de las clases y luego lo que toque, tareas, deporte, ducha, en fin, las que tengáis hijos en primaria ya sabéis de qué va.
Con la tarde tan estupenda que hacía, se me ocurrió asomar la cabeza al jardín: ¡en buena hora! La hierba horrorosa, restos de hojas por todas partes, trozos de tierra en las baldosas, bueno, la jungla. Como soy una mujer de recursos y me ha pillado el momento "estoloarregloyoenunperiquete" he traido la turbosegadora modelo "Starsky y Hach", y me he liado la manta a la cabeza.
Esto ha sido como cuando quieres quitar una manchita en el frente del armario de la cocina, y al final lo acabas limpiando entero mientras te acuerdas de todos tus familiares. ¡Menudo palizón! Barrer, recoger la hierba, limpiar la máquina, llenar dos bolsas de basura, regar alguna planta chuchurría, ya de paso limpiar las sillas y la mesa... y como siempre que se me ocurre barrer fuera hace viento, cada vez que llenaba la pala se formaba un remolino y salía todo volando. ¡¡¡Mecagüentóoooo!!!, osea, que al final he barrido dos veces.
Total pa ná, porque el césped está peor que un campo de fútbol de cuarta regional B. (y mis riñones más)
Hasta pronto.
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