31 octubre 2013

Nuestro Halloween


He buscado en mi propio blog nuestras andanzas por estas fechas hace un año.  Es maravilloso poder acceder a los recuerdos de una manera tan gráfica.  Si no hubiese tenido el blog seguro que no sabría exactamente cómo celebramos Halloween hace un año.  Los recuerdos afluyen ahora en forma de adornos y botín de caramelos: es como estar allí durante unos instantes. 


Me resulta emocionante abrir una caja que lleva un año cerrada.  Crees recordar todo lo que contenía, pero siempre te sorprendes con esto o aquello que se compró a última hora. La tela de araña se ha convertido en una esponjosa nube blanca que se queda enganchada en los dedos, así que la semana pasada compramos una nueva, ya veremos el resultado que da.


Hoy es el gran día y el peque ya ha quedado con algunos amigos para ir a pedir caramelos.  Hasta ayer no tenía disfraz, y eso que hace un mes le dije que lo fuese pensando, que a mí las cosas a última hora me ponen muy nerviosa, pero este año la creatividad ha brillado por su ausencia.  Hace unos días sacamos la caja de disfraces para ver si se nos ocurría algún "remake", algo que no ocurrió.  Una vez puesto todo sobre la alfombra, un montón de recuerdos aparecieron de pronto frente a mí, entre otros:  el disfraz de vaquero con dos añitos, el de indio con tres, el de mosquetero, el de Miel Otxin (personaje del Carnaval de Lanz en Navarra), el de monstruo horripilante, el de Saw y el más reciente de gángster.


¿Solución? Cogimos el coche y fuimos a una megatienda de chinos, donde había decenas de madres y padres que al igual que nosotros habíamos dejado todo para última hora. Mientras comprábamos una túnica con un esqueleto, las palabras que más salieron de mi boca fueron "última vez que...".


La nota dulce es que los caramelos están preparados y la entrada de casa decorada. Solo falta esperar que anochezca y empiecen a llegar los grupos de niños para abrirles la puerta sigilosamente enseñando una mano de esqueleto y oír sus gritos, un tanto forzados la verdad.  Yo no asusto tanto, jajajaja.. (solo cuando quiero).
Os deseo una feliz y terrorífica noche de Halloween. 
Hasta pronto.

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¡Ahh... casi se me olvidaba!  Quiero darle las gracias a Gloria del blog Gloria Vintage por un premio que me ha concedido hace un par de días.  Descubrí su blog no hace mucho tiempo y la sigo porque me encanta cómo muestra lo bonito de su tierra gallega, mercadillos, pueblos y sobre todo, su txoko al aire libre como lo llamo yo, y que me tiene loca.  Todo lo hacen entre su marido y ella, reciclando materiales y dándole un toque personal maravilloso. ¡No dudéis en pasar a visitarla!

28 octubre 2013

Un domingo azul



Cuando nos "regalan" una hora más como este fin de semana, las mañanas del domingo se hacen más largas.  Parece que sesenta minutos sean poca cosa, pero teniendo en cuenta que te despiertas a las ocho y media, y en realidad son las siete y media... en fin, son esas cosas inexplicables que hemos tenido que ir interiorizando año tras año.



Me apetecía salir a pasear sola, pero una invitación simplemente de cortesía al peque, ha acabado en un paseo de dos.  El tiempo ha sido hoy muy agradable aunque los días grises y nublados empiezan a ganarle la batalla a este cielo azul tan precioso.  Nos hemos parado un momento a observar y escuchar el río, y hubiese estado genial tener un par de sillas a mano y quedarnos un rato.  El peque ha tirado varias piedras mientras yo le miraba y pensaba lo mayor que se está haciendo.


Hemos seguido andando y al final de este camino hemos dado la vuelta.  En total sesenta minutos de suave caminata, aunque lo suficiente para hacernos sudar un poco.  
Los campos ya están cosechados y listos para dar sus frutos nuevamente, gracias al importante trabajo de los agricultores.  También hemos visto pequeñas huertas con sus cebollas perfectamente alineadas, lechugas, rojos tomates destacando en unas ramas ya marchitas, toda una alegría para los sentidos.


Gran parte de lo que somos y comemos nos lo da la tierra, por eso debemos estar tan agradecidos.  Al llegar a casa y con estos pensamientos en mi cabeza, me he fijado en el frutero y lo he relacionado con la tierra y los agricultores.  ¿Acaso algo de esto estaría aquí sin su trabajo?


Una de las frutas que más nos gustan al peque y a mí son las uvas rojas, así que ayer por la tarde y para merendar tuvimos un mano a mano de lo más saludable.  Una vez, creo que ya lo mencioné en algún post, probé este tipo de uva pero sin pepitas y eran más espectaculares si cabe.
Espero que hayáis disfrutado de este fin de semana.
Hasta pronto.

24 octubre 2013

De regreso


¡Hola preciosassssssssss! ¡Cuánto os he echado de menos! Tres semanas sin tocar el ordenador debido a un problema informático, me han parecido una eternidad, pero al final nos lo han podido solucionar.  Los primeros días me subía por las paredes, pero poco a poco me fui haciendo a la idea de que tardarían un par de semanas en arreglarlo y entonces me relajé.



Me he dedicado más al hogar, al jardín, a pasear, leer, ver películas, jugar con el peque, cocinar, hacer punto de cruz, pero siempre acordándome de mi querido blog y de vosotras.



Ya queda poco para finalizar la labor de punto de cruz.  Reconozco que la tenía un poco abandonada, porque los últimos detalles eran un tanto complicados y me resultaba un tanto pesado.


También decidí dar carpetazo a esta pequeña manta que inicié hace unos cuantos meses.  A veces empiezo las cosas con mucha ilusión y energía y al poco lo dejo a un lado.  Como no tengo mucha idea de hacer punto (de hecho os pido que no os fijéis con mucho detalle, jajaja...), los bordes quedaban un tanto desiguales, así que se me ocurrió atarle unos flecos por todo el contorno para disimular las imperfecciones.  ¡¡¡Ahora estoy feliz con mi mantita!!!! No es demasiado grande, lo justo para taparse un poco en el sofá.


La estrené una mañana entre semana, viendo Orgullo y Prejuicio.  Fue un pequeño lujo.  Con la casa recogida, la comida hecha y un par de horas libres, me di el gustazo de ver nuevamente esta preciosa película, a mi aire, sin interrupciones, con un café con leche entre las manos y mi "super-manta".


Se me han ido ocurriendo varias ideas para cambiar en la casa, pero sin invertir mucho dinero claro está.  De momento he disfrutado mucho cortando unas hortensias del jardín y colocándolas en esta copa que es uno de mis objetos favoritos.


Hoy he visitado una tienda de segunda mano y estas son tres de mis últimas compritas.  Este angelito me enamoró en cuanto lo vi, además está tocando el violín, algo que en casa está sucediendo todos los días (bueno, casi todos).  También una novela antigua de Sherlock Holmes con unas ilustraciones preciosas y un tarrito tallado de cristal, exactamente igual a uno que ya tenía y que perteneció a mi madre.  En total, 5,30 €.  Me gustaría lijar el marco y aclararlo, mmmmm... ya veré.
Prometo pasar a visitaros en breve, me muero de ganas de saber qué habéis hecho durante estas semanas.  También debo una visita a las nuevas seguidoras, pero todo a su tiempo.
Me alegro de volver. Os mando un fuerte abrazo.
Hasta pronto.

04 octubre 2013

Mis agendas

Confieso que tengo una manía, y es la siguiente: suelo pensar ¿qué hacía yo este mismo día hace un año? ¿o hace dos?  Ya estando soltera me compraba una agenda todos los años, e iba apuntando lo que había hecho ese día.  No era un diario como tal (eso solo lo hice en mi época de adolescente), sino una especie de registro de lo que hacía ese día, pero escrito en un tono impersonal, como "hoy he puesto coliflor para comer" o "nos revisan la caldera".


Todas esas agendas las tengo guardadas y de vez en cuando les echo un vistazo.  Es como tener atrapados en una hoja de papel, momentos que he vivido años atrás.  Me quedo atónita pensando lo rápido que ha pasado el tiempo.  Pero cuando veo algunas páginas en blanco en las que no hay nada escrito, me entra una gran inquietud; me pregunto si ese día no hice nada lo suficientemente importante como para apuntarlo, y pienso si un abrazo espontáneo de tu hijo al ponerle una merienda especial, o un carcajada de tu marido al contarle una historia graciosa, o una llamada telefónica que hiciste a una tía ya mayor que se encuentra lejos y a la que quieres con locura, ¿no merecen un sitio especial en la agenda?


Hoy he revisado esas agendas y veo que paré en el año 2010.  ¿Dónde han ido a parar todos esos días y años? Me invade  la sensación de que hay "trozos" de mi vida que se han perdido, que no los recuerdo. Así que como 2014 está a la vuelta de la esquina, he pensado volver a mi antigua manía.  Compraré una agenda e iré apuntando en ella todos los días al menos una cosa que me haya hecho sentir bien a mí o a los demás.  Creo que será bonito abrir esa agenda dentro de un montón de años y recuperar de nuevo todas esas sensaciones que habrán quedado atrapadas para siempre.
Os deseo un feliz fin de semana.
Hasta pronto.

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