Estrenamos mes ...

... y de mala leche.  ¡..dito cambio de armarios!  No sólo constatas los kilos que te han caído estos meses atrás, sino que vuelves a encontrarte cara a cara con la misma horrible ropa del año pasado, esas bermudas que no te entran, esa camiseta que marca y ciñe una bonita curva estomacal, esas sandalias acartonadas que intentas calzarte en unos pies que no parecen los tuyos.  ¡Seguro que este verano no marco tendencia, jajajaja!!

Para recuperarme de tales sobresaltos, nada mejor que experimentar en la cocina.  Ya sabéis que no se me da muy bien, pero a veces me arranco y hasta mi marido me felicita.  El otro día me lancé con estos espárragos trigueros.  (mejor no os cuento la receta de la cocción porque armé una buena en la cocina y no quiero hacerme responsable).  Después de cocidos (los espárragos) monté la fuente con rodajas de tomate, bechamel, queso rallado y los espárragos, formando un bonito dibujo ornamental, y metiéndolo unos minutos al horno.  Creativo es, desde luego....

Otro día me dio por hacer una tarta de zanahoria.  No me preguntéis por qué.  Tenía una receta que me dio una prima hace unos veinte años, escrita a boli, así que os podéis imaginar cómo estaba.  Invoqué a San Google y aparecieron cientos de bonitas recetas.  Seguro que fui a dar con la más cutre porque este fue el resultado:

En vez de una tarta parece un come-cocos.  ¡Encima se está riendo de mí la jodía! La he bautizado como "Tortitarta", porque es un híbrido entre tortilla de patatas y tarta.    Si tenéis lo que hay que tener, atreveros a mirar un primer plano.

Bueno, en mi defensa diré que no quedó ni una miga, aunque estaba más mazacota que un kilo de polvorones...

Por si esto no fuera poco, hace un par de semanas experimenté con el maravilloso mundo de las magdalenas, y me guardé esta bonita foto porque tened por seguro que post como este habrá unos cuantos.  Me encantaría mostraros esas esponjosas magdalenas con trozitos de chocolate o de arándanos que se ven en algunos blogs, pero soy de la escuela de Bridget, y este fue el resultado.

 

Más tiesa que un gato de Lladró.  ¿Seré yo o serán las cutre recetas que me busco?

Hasta pronto.