¡Hola de nuevo! Al fiiin hemos visto algo de lluvia, aunque menos de la necesaria. La gente decía: ¡vaya día más tristón!, pero yo me sentía bien por dentro. El aire se respira fresco en la cara, se agradece ponerse la chaqueta por la mañana, y huele distinto. Me encanta el olor de la calle cuando empiezan a caer las primeras gotas, y el ruido de los neumáticos de los coches rodando por el agua, me recuerda tantísimo a mi infancia, cuando llovía día sí y día no, y las botas katiuskas eran parte de nuestro fondo de armario infantil.
En el jardín todo está manga por hombro. Mis abelias empiezan a apagarse. Dentro de poco irán tomando un color precioso, entre rojo y naranja. De momento solo les queda desprenderse de sus florecitas y empezar a dormir de cara al invierno.
Dentro de lo ocupada que estoy estos días, he sacado un poquito de tiempo para hacer algún postre como estas cuajadas. Bueno, no es que sean nada del otro mundo, pero te solucionan un postre para tres. Uno de los sabores más maravillosos que tengo en mi memoria es la cuajada con sabor a piedra de la Ultzama. A mi marido le doy la tabarra constantemente para ir un día a merendar allí, pero lo vamos dejando y así llevamos tiempo. Sé que venden leche de la Ultzama con sabor a piedra, con el cuajo especial y todo eso para preparla en casa. Pero yo preferiría acercarme hasta allí y zamparme un cuencazo de esos que quita el sentido y disfrutar de aquel entorno maravilloso.
Una de las tardes que medio llovía, me dediqué a buscar viejas cosas en casa, como esta mantelería que ni me acordaba que existía y que tengo la impresión de que no se ha estrenado nunca. Quizás me tome un día la molestia de lavarla y plancharla , aunque solo sea para guardarla otra vez y dentro de dos o tres años volver a sacarla.
También encontré estos cubiertos de postre que eran de mi madre. Es curioso que cuando sostengo uno de ellos en mis dedos, me vienen recuerdos de algún postre de hojaldre con nata. Creo que sería siendo niña, en alguna celebración en casa de mis padres, digo yo...
Tengo una manía que es coleccionar tapones de corcho. Empecé hace un año, cuando vi en un blog americano un bote grande de cristal lleno de ellos, y quedaba muy bonito. Estos los tengo puestos en una cubitera de cristal, dentro de la alacena de los "cachivaches" (en la primera foto veréis una parte), y no veáis el olor que desprenden a bodega riojana cuando metes la nariz ahí dentro. Mmmmmm , un buen Rioja y lo demás son tonterías.
Este juego de vinagrera y aceitera lo adquirí en eBay hace unos meses. La bandejita si recordáis aquí era de los Traperos de Emaús, y ahí los frasquitos quedan preciosos. También lo tengo metido en la alacena, y me encanta mirarlo, sin más. Me hace feliz contemplar algo hermoso.
Para ir terminando os enseño cómo van mis flores que serán azules. Me llevé un poco de disgusto, porque aunque las he regado periódicamente, un día me las encontré casi muertas, mis pobres chiquitinas. Lo que pasaba es que la tierra no absorbía bien y no les llegaba el agua hasta abajo. Pero ahora ya están recuperadas.
Acabo con los culpables de que no me veáis por aquí tan a menudo. Mis nuevos "amiguitos". Me lleva tiempo pero estoy muy contenta de estar aprovechando el tiempo. A mi hijo le hace gracia verme estudiar y que tenga exámenes, pero yo solo deseo ser un buen ejemplo para él. Nada se consigue sin esfuerzo. Y cualquier esfuerzo trae su recompensa, eso lo tengo muy claro.
Os deseo de corazón que tengáis un fin de semana maravilloso.
Hasta pronto.
Hi,
ResponderEliminarI too love the rain, but maybe we get to much here sometimes! Beautiful photos, I am a big fan of old (and new!) linen table cloths, I look everywhere for them! Wishing you and your family happy weekend.
Ivan :-)
The rain always reminds me when I was little and I was at home watching my mother sew or listening to the radio. :o)
EliminarSuch pretty things you have, I like the work in your mothers set.
ResponderEliminarThank you Greenthumb!!!
EliminarI love the smell after it rains too, but I also think we get too much rain where I live (Seattle Wa) It makes for perfect coffee culture though *winks*
ResponderEliminarYou have some lovely treasures. The linens are lovely. The desert forks and spoons are wonderful and come attached with memories of childhood sweets! How perfect! And that cruet set would make me happy every time I looked at it too. *winks* Thank you so much for stopping by my blog and for your well wishes. I'm very happy to be back and very happy to visit with you. Vanna
Oh! Thank you very much for your kind words, and for taking the time to write me. You are very nice!!
EliminarQué cosas más bonitas y vaya pinta que tienen esas cuajadas.Muchos saludos
ResponderEliminarGracias Sara, me alegro de que te gusten. Un saludo
EliminarI love the smell of the rain, its such an earthy smell, although we get too much at times!! Big Hug back xx
ResponderEliminarYes Katy, I guess sometimes in your country you have too much water. Thanks for your time. :o)
EliminarI do love the month of September and the smell of freshly fallen rain - I can almost smell it in the air.
ResponderEliminarNina x
Yes, I agree with you Nina! :O)
Eliminarestaba curioseando tu blog y veo el estuche con cucharas y tenedores de postre idéntico al que tengo guardado en un cajón, herencia en vida de mi madre. Mi estuche sabe a helado de biscuit casero que hacía. He llegado hasta aquí por merababystep. Si no te molesta, volveré pronto, me gusta la mezcla de sujetos que haces, me parece atractivo e interesante. No puedo darte mi dirección de blog porque no tengo, sino, lo haría con gusto. Petonets
ResponderEliminarHola Elisabet, me alegra despertar esos recuerdos. Siempre serás bienvenida a este blog un poco ecléctico quizás, pero que refleja bien cómo soy y las cosas que me gustan. Petonets també per a tu! ;o)
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