En casa también estoy intentando imponer buen ritmo. Una de las tareas pendientes era la de transplantar los nomeolvides azules a un tiesto. ¿Recordáis lo pequeñitas que eran? Pues mirad cómo han crecido. Espero no haberlas chafado con el cambio, porque hay plantas que son muy "señoritas". Si todo transcurre según lo previsto tendré unas bonitas flores azules en un bonito tiesto azul.
También me he dedicado a hacer limpieza a fondo del cuarto del peque. Eso incluye sacar montañas de juguetes que ya no se usan y apartarlos para donar en la campaña de Navidad. Cuando me entra la vena de deshacerme de cosas suele ser peligroso. Llené una bolsa con montones de muñequitos y animales de plástico, pero al día siguiente me fijé en una ovejita que me miraba con ojos tristones y decidí rescatarla junto con otros amiguitos. Ahora coronan una colección antigua de cómics de Tintín.
En el fondo de otro armario me topé con mi vieja máquina de escribir. Mis padres me la regalaron cuando cumplí trece años y con ella hice algunos trabajos de la EGB.
Al peque se le pusieron los ojos como platos cuando vio el artilugio, hasta el punto que se la ha llevado a su cuarto y allí pasa entretenido algunos ratos redactando su "diario". ¿No es bonito escuchar de fondo el teclear de una máquina de escribir? Es como viajar hacia atrás en el tiempo. Me recuerda a aquellas enormes gestorías de los años 70 en las que ese sonido era constante. De pequeña mi padre solía llevarme cuando tenía que hacer algún papeleo y para mí era como entrar en otro mundo.
Cuando el peque empezó a teclear, me preguntó: "¡ama, cómo se borra! Jajajaja... qué gracia hijo. Aquí no hay vuelta atrás." Pobrico él, la tecla de borrado no existe, buen pegote de Tipex y a correr.
Aunque no todo ha sido trabajar claro. Después de comer y recoger la cocina, suelo ponerme en el ordenador un rato, aunque hay un momento del día que también disfruto mucho y es después de cenar, cuando me pongo un café cortado y empiezo a revolver periódicos hasta que encuentro algún sudoku sin hacer. Si son fáciles los acabo enseguida, pero éste en concreto era de los puñeteros.
También he tenido tiempo para hacer un poco el ganso. "¿Dónde vas con el Scrabble? Calla, que son cosas mías". A que vosotras amigas blogueras me entendéis. Pues claro.
Espero que paséis un buen fin de semana aunque necesitemos paraguas.
Hasta pronto.
Made me smile when your little one wanted to know how to go back. Your forget me nots should survive.
ResponderEliminarOhh I hope so! :o)
Eliminar¡Buen fin de semana para ti también! Recuerdo que en colegio hice unas clases de mecanografía...¡cómo sonaban las teclas y qué duras eran! jejeje
ResponderEliminarA mí también me encantan los sudokus, pero hay algunos que no hay forma de terminarlos...
Besos!
Sí, con los teclados de ordenador es más fácil, pero antes.... madre mía!!
EliminarTypewriters! funny to see one, made me smile what your son said! Nice photographs. Have a good weekend.
ResponderEliminarThank you Ivan!
EliminarMáquina de escribir! creo que para los niños tiene que ser como un tesoro.Saludos
ResponderEliminarYa te digo, se la ha llevado a su habitación y cualquiera se la quita ahora.
EliminarQue tiempos! Increíble pero aquí nada de paraguas tenemos unos días preciosos de otoño.
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Pues aquí este fin de semana ha llovido para el resto del año. Buena semana también para ti.
EliminarAy muchacha, la Royal y similares; tb. se puede usar harina bizcochona, como decía Sonia en su receta, que ya lleva la levadura incorporada.
ResponderEliminarNi se te ocurra tirar las ovejicas, luego para el belén, yo tengo una vaquita en la cocina, muxus.
La madre del cordero!!!! pensé que levadura química sería de algún tipo especial, o yo qué se... Ay cuánto tengo que aprender!! ;o)
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