Siempre que llega junio siento que todo se precipita con enorme rapidez. En un mes en el que acaba el curso escolar, es precisamente cuando más actividad hay: reunión con la tutora, matrículas para el año que viene, festival de música, merendolas y cumpleaños varios. En casa tengo más trabajo aún, cambio de armarios, retirada de ropa pequeña o vieja, lo mismo con el calzado, limpieza más en profundidad, ajustar el riego del jardín, poner abono, en fin, no os quiero aburrir.
Mi hijo acabó el curso con buenas notas y no nos podemos quejar, así que como todos los años le suelo regalar un sencillo detalle que siempre le hace ilusión. Esta vez eligió un cómic, que ya es un clásico, titulado en España "V de Vendetta". Ha sido una buena elección y todas las noches antes de acostarse devora unas cuantas páginas.
En cuanto a mí, he estado bastante ocupada, no solo por la casa, sino por otros temas que han reclamado mi atención, así que no he podido estar por aquí todo lo deseado. Me gusta que las fotos que hago me transmitan algo, y prefiero estar ausente a publicar cosas que ni fu ni fa, espero que lo entendáis. Hoy me fui de compras y renové un poco mi triste armario del verano pasado. Algo es algo. Con eso y con lo que he salvado de otros años, iré tirando.
La última foto que os pongo es del año pasado, de nuestro lugar habitual de vacaciones. ¡Qué os puedo decir...! Tan solo que ya huelo la brisa del mar, y oigo las olas llegando a la orilla en un runrún continuado que no cesa, que te atrapa nada más clavar el palo de la sombrilla en la arena y ya no te suelta hasta el último día de playa, y hace que te acuerdes de él los 354 días siguientes del año. Mi marido estaría encantado de vivir al lado del mar todo el año, aunque yo sería incapaz, no solo porque prefiero el frío húmedo y el calor seco del interior, sino porque cerca del mar mi pelo se convierte en un ente con vida propia al que no puedo someter ni un solo segundo. En fin, cosas mías... y de mi pelo.
Mi hijo acabó el curso con buenas notas y no nos podemos quejar, así que como todos los años le suelo regalar un sencillo detalle que siempre le hace ilusión. Esta vez eligió un cómic, que ya es un clásico, titulado en España "V de Vendetta". Ha sido una buena elección y todas las noches antes de acostarse devora unas cuantas páginas.
En cuanto a mí, he estado bastante ocupada, no solo por la casa, sino por otros temas que han reclamado mi atención, así que no he podido estar por aquí todo lo deseado. Me gusta que las fotos que hago me transmitan algo, y prefiero estar ausente a publicar cosas que ni fu ni fa, espero que lo entendáis. Hoy me fui de compras y renové un poco mi triste armario del verano pasado. Algo es algo. Con eso y con lo que he salvado de otros años, iré tirando.
La última foto que os pongo es del año pasado, de nuestro lugar habitual de vacaciones. ¡Qué os puedo decir...! Tan solo que ya huelo la brisa del mar, y oigo las olas llegando a la orilla en un runrún continuado que no cesa, que te atrapa nada más clavar el palo de la sombrilla en la arena y ya no te suelta hasta el último día de playa, y hace que te acuerdes de él los 354 días siguientes del año. Mi marido estaría encantado de vivir al lado del mar todo el año, aunque yo sería incapaz, no solo porque prefiero el frío húmedo y el calor seco del interior, sino porque cerca del mar mi pelo se convierte en un ente con vida propia al que no puedo someter ni un solo segundo. En fin, cosas mías... y de mi pelo.
Os deseo una feliz noche de San Juan y un verano estupendo. Disfrutadlo de la mejor manera posible. Puede que me tome un tiempo de relax, en cualquier caso no creo que ande muy lejos.
Un abrazo
Un abrazo
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