El verano pasado cambiamos al chico de habitación, pero antes la cambiamos un poco. Pintamos una pared de gris y el resto de blanco roto. El resto consistió en comprar una cama más grande, sábanas y edredón nuevo, colgar un cuadro y hacer una lista de las cosas que faltaban, como otra alfombra, una lámpara para la mesilla y pequeños accesorios para organizar su "ajetreada" vida de estudiante de 3º de la ESO (secundaria). Por fin y después de varios meses de espera, convencí a sr. marido para ir a Zaragoza (a unos famosos almacenes nórdicos, jajajaj...), para comprar estas cosillas, pero también como experiencia que hay que hacer en la vida, porque parece que todo el mundo había ido ya menos nosotros.
Esto que véis en la foto es lo que compramos (con una lista ya preparada con antelación), más una lámpara de pie para un rincón del cuarto que se quedaba un poco vacío. No encontramos una alfombra de las medidas que necesitábamos, ni alguna otra cosa de organización, pero bueno, este fue nuestro botín.
Después nos fuimos a comer un bocadillo. No nos quedó otro remedio porque todos los restaurantes estaban a reventar y no queríamos perder tiempo.
Hacia las cuatro se nos ocurrió acercarnos al Parque de Atracciones que se encuentra cerca de allí. ¡Cuántas veces habíamos ido con el chico de pequeño! Fue emocionante encontrarse con las mismas atracciones de hace tantos años, la última fue hace seis. Pasamos una tarde muy agradable, con una temperatura excepcional, qué más se puede pedir...