Se nos va enero, con sus grados bajo cero, con las lágrimas que caen de los ojos por el frío al llegar al trabajo, con la tediosa labor de rascar las lunas del coche al salir y la esperanza de que el motor arranque. Y llega febrero, un mes al que no le tengo especial simpatía. Mi padre murió un día de febrero hace muchos años ya, y no hay día que no me acuerde de él. Pero nosotros estamos vivos y seguimos día a día con nuestras vidas. No quiero caer en la monotonía. Quiero estudiar para mejorar, quiero hacer nuevas ensaladas con las que se chupen los dedos en casa, quiero descubrir nuevos rincones de mi parque favorito, quiero morder unas fresas de Huelva y que me lleven al paraíso, quiero mirar al cielo que amanece y pensar en todas las cosas que puedo hacer. Como el otro día, que escribí un pequeño poema. Fue como si alguien en el interior de mi cabeza me lo dictase. Me gusta escribir, me reconforta, pero nunca me ha dado por leer poesía y mucho menos escribirla. He sentido que esas pocas líneas han condensado lo que siento en este momento de mi vida, como si mi alma se desnudase así, sin quererlo. Quizás en otro momento me sienta preparada. Os deseo una fantástica semana.
Un beso ♥♥
Un beso ♥♥
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P.D. Nuevo collage del mes de enero, espero que os guste.