No recuerdo cuántos años han transcurrido desde el último cuadro de
punto de cruz que terminé, pero ayer pude poner a cero el contador,
porque por fin acabé aquella labor, que si recordáis empecé allá por el
mes de marzo del año pasado.
Comenzar una labor así siempre es un reto, y en este caso más, porque había diferentes tipos de puntadas que yo no conocía y que me hicieron ponerme las pilas rápidamente.
Poco a poco fui avanzando y cogiéndole el gusto a este esquema basado en un diseño de mediados del siglo XIX y que está cargado de simbología. Quería un abecedario y éste me gustó por su gama de colores, la lira, la corona de flores, y un montón de pequeños motivos que le dan un encanto especial.
Es emocionante ver cómo el trabajo va avanzando muy poco a poco, aunque un día de pronto, te das cuenta de que una parte va tomando forma, como la lira rodeada de los laureles...
.. o las coronas, el centro de rosas o la fantástica corona de flores.
Durante el verano la labor estuvo aparcada, porque me atasqué con los ornamentos laterales y se me acabó un hilo beige.
Así que tuve que sacar todo mi arsenal de restos de otros kits, y buscar el hilo beige que más se asemejase al que se me había acabado. Parece mentira, pero hay decenas de tonos de beiges, así que me costó un buen rato dar con el tono adecuado. ¡Cuántas tazas de café a lo largo de esta labor....!
Al final, encontré alguno que se asemejaba lo bastante como para empezar a dar puntadas a los dos laterales que me faltaban, y poder por fin acabar en tres tardes esta labor que tantas ganas tenía de finalizar.
Ayer la planché suavemente por la parte de atrás y a continuación una sensación de alivio me invadió. Algo parecido a cuando éramos niños y en junio se acababan las clases, jajajaj... cerrabas los libros y te olvidabas de ellos hasta septiembre. Ahora solo queda llevarla a una tienda a enmarcar, pero eso tendrá que esperar. De momento la he guardado a salvo del polvo, aunque ya estoy pensando en lo siguiente que me apetece hacer. Imagino un cuadro no muy grande, de flores rojas sobre una tela Aida en negro. ¡Ay, mi imaginación se dispara, así que debo frenar! Pienso en la combinación de varios cuadros, intercalando algún espejo ovalado no muy grande en un rincón del salón. Me estoy empezando a emocionar...
De momento quiero enmarcar esta labor y descansar una temporada, hasta que dé con el proyecto perfecto.
Os deseo un fantástico fin de semana y gracias por estar siempre ahí.
Un fuerte abrazo.
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