Un poco de nieve

Solo me quedan tres fotos para esta última entrada de noviembre; he estado perezosa para sacar la cámara, no puedo decir otra cosa. Un día anunciaron nieve y efectivamente, los copos comenzaron a caer y pronto una fina capa lo cubrió todo. No duró mucho porque al día siguiente salió el sol y se fue derritiendo poco a poco. Un día sr. marido preparó una ensalada con pepino y zanahoria, también visitamos a mi suegra, hicimos unas compras, fui a la peluquería, saqué un libro de la biblioteca titulado "Tan poca vida" (he oído buenas críticas, pero de momento no me ha enganchado...), y hemos ultimado los detalles de una pequeña escapada que haremos en lo que aquí en Navarra llamamos los puentes forales...

Os mantendré al tanto.

Hasta pronto ♥♥

Entretenidos

A veces los planes surgen sin planificarlos, como ocurrió el otro fin de semana. Comimos en un oriental y después dimos un paseo. Nos cruzamos con varios tunos y pensamos para nuestros adentros que se dirigían a los postres de alguna boda para cantar a los novios o algo así. Cuando entramos en un local a tomar algo, éste se encontraba lleno de tunos, de todas las edades. Hablando con ellos nos enteramos de que había un Certamen de Tunas de Medicina de todo el país. Como no teníamos otra cosa que hacer, el tiempo era frío, la música de los tunos es alegre y la entrada era libre, pues fuimos a verlos. Y allí estuvimos un par de horas (aunque al final se me hizo un poco bola, jajajaj....) Luego tomamos una tostada de aguacate y salmón, y de regreso a casa llamamos a un taxi, ya que el día estaba frío y ventoso y el autobús nos quedaba algo lejos. Pequeños caprichos que hay que darse de vez de en cuando.

También hace unos días llegó un circo al pueblo, me dicen que fue mucha gente, y yo me alegro, la vida de estas gentes no debe ser nada fácil.

Hasta pronto :) 

Otoño con Frankenstein

Un día cualquiera del mes de noviembre, encontramos la misma estampa: alfombras de hojas que van cayendo, colores que tornan en rojizos y ocres, frío matutino que entumece las mejillas y hace llorar los ojos, y una admiración que no cesa ante estos cambios, casi a tiempo real, que se muestran ante nosotros. Los castañeros ya se apostaron en las esquinas de siempre, haciendo que el aire huela a otoño. Hasta un plato de arroz caliente nos sumerge en esta atmósfera cálida. Me gusta el otoño, para qué voy a negarlo. 

Y para rematar este ambiente otoñal y de tardes oscuras, el domingo elegí al película Frankenstein de Guillermo del Toro, y solo puedo decir que me fascinó, fue una buena compañera de manta y sofá como suele decirse. Nunca imaginé sentir tanta empatía por un personaje de ficción tan horrible como siempre nos lo presentaron. Una parte de la película se narra desde su visión: él solo se defiende ante los ataques de los que lo ven como a un monstruo, cuando él tan solo busca parecerse a un ser humano, que es lo que intentó hacer su creador. En fin, esto daría para un buen debate filosófico.

Hasta la próxima