El martes, el peque y yo nos despertamos a las ocho y media, desayunamos juntos y después fuimos al taller del luthier para afinar su violín. Después de salir babeando de allí (nada más cruzar la puerta, es como entrar en otro mundo), nos dirigimos al Palacio del Condestable a visitar una exposición de Pablo Sarasate, el gran violinista navarro. Estuvimos un buen rato, entre cuadros, violines, objetos personales, partituras y demás cosas, escuchando además su música de fondo. Luego, fuimos a tomarnos una coca-cola a un bar cercano, y a través de las puertas abiertas veíamos pasar grupos de turistas, algún peregrino de paso y en general, un ambiente relajado y alegre. Me gustan estas mañanas especiales que solo se pueden hacer en vacaciones. Dentro de poco empezarán las clases y las mañanas serán diferentes, más rígidas y encorsetadas, sin esta libertad de decidir cómo pasar un rato tan agradable como el de hoy. Os puse este vídeo en otro post, pero la pieza es tan maravillosa y la interpretación es tan genial, que lo vuelvo a poner. Por si alguien no conocía a este gran compositor.
Un abrazo amigas.
Un abrazo amigas.
Mi querida amiga, si que fue un gran cpmpositor, y su musica parece venir desde el cielo, ya veo la mañana preciosa que pasasteis tu peque y tu, esos raticos de la vida no tienen precio, son los mejores del mundo. Un abrazo muy grande cielo
ResponderEliminarAsí fue, querida María. :)
EliminarTu niño va a tener GRANDES RECUERDOS!!! en especial los de su MADRE!!!
ResponderEliminarBesitos guapa :)))
Jajajaj.. a veces en broma, cuando nos damos un abrazo decimos: "ohhh.. nunca te olvidaré.." jajajaj... Feliz sábado
Eliminarque madraza, un beso!
ResponderEliminarBueno bueno, se hace lo que se puede. Otro beso para ti :)
Eliminaray!! si! las clases y el trabajo... como hecharemos en falta estos ratos ...
ResponderEliminarSí, hay una sensación del libertad que no existe el resto del año. Muxu bat!!
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