La nieve nos sorprendió este sábado, y aunque cayó sin cesar, solo logró cuajar al final de la tarde, pero para el día siguiente ya no quedaba nada. Fue como un pequeño recordatorio de que todavía estamos en invierno. Después de una semana que se me hizo particularmente larga, llega el fin de semana y se nos escurre entre las manos sin apenas darnos cuenta. Fuimos a comer fuera, estrené mi top de rebajas de Cortefiel, hicimos planes para Semana Santa, y soñamos con otros paisajes, mientras veíamos caer la nieve a través de los cristales del restaurante. Me quedaré con el momento en el que el peque y yo volvíamos a casa cobijados bajo el paraguas, intentando sin éxito que el viento lleno de nieve no se nos colase dentro, mientras procurábamos no resbalar con la capa que se iba formando en el suelo. Fue un gusto llegar a casa, sacudirnos la nieve, ponernos los pijamas y los calcetines gordos, y disfrutar del calor del hogar.
Un abrazo chicas, gracias por vuestros comentarios y por estar siempre ahí. ♥♥♥
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P.D. He preparado también el collage de febrero, espero que os guste.