Un sábado en Pamplona

Este sábado hicimos un plan sencillo, comer en uno de nuestros restaurantes favoritos, dar un paseo por Pamplona, y comprar un par de toallas de playa. Mi idea era comprarle una al chico (la suya tiene demasiados años ya...). Le mandé varias fotos y la que más le gustó fue la de los peces. Sr. marido echó un ojo también, y se decidió por la otra. Son tan esponjosas y suaves que da pena estrenarlas, aunque aún deberán esperar unas semanas hasta que "toquen" la arena de la playa. Ya tengo ganas de coger las vacaciones, después de un inicio de año tan movidito laboralmente hablando. Desconectar y no pensar en nada que tenga que ver con el trabajo, jajajaj....

Hasta pronto. 

Flores del campo

El domingo salí a dar un paseo por la mañana, aprovechando que no hacía calor. En realidad me propuse hace tiempo andar una hora diaria, luego tres días por semana y ahora si salgo el domingo ya me conformo. En realidad siempre encuentro excusas para no ir, qué le vamos a hacer... Anduve a buen ritmo y me fui fijando en las flores de colores que me encontraba en el camino, así que a la vuelta, recogí un puñado de ellas y nada más llegar a casa las puse en agua. No suelen durar mucho, pero alegran tanto y de una manera tan sencilla que me encantan. Para comer, sr. marido preparó de primer plato su ensalada estrella que estaba riquísima. Por la tarde descansar un poco, cocinar la comida del día siguiente, recoger y doblar ropa, y leer un poco antes de ir a dormir. Espero que hayáis pasado un bonito fin de semana.

Hasta pronto.

Planté unas flores

Me hace mucha ilusión acercarme al centro de jardinería y comprar flores. Hace un tiempo planté un conjunto de ellas en un lado del jardín, y aunque parece que en invierno han muerto, una vez que llega el mes de mayo, empiezan a coger fuerza y florecer. Había un hueco que dejaron unas plantas que ya estaban medio muertas, y en su lugar puse estas de color fucsia y rosa, y unas azulitas que se ven detrás. Tuvimos alguna tormenta, pero más vale que no les afectó. Otro día tuve que ir al centro a recoger un encargo, y al volver entré en la tienda de los Traperos de Emaús y pasé un buen rato curioseando el montón de cosas que hay por allí. Me traje un cuadro y un libro por cinco euros, así que súper contenta con todas estas compritas.

Feliz semana.