La sensación de llegar a la provincia de Almería para pasar unos días en la playa, después de un largo viaje, fue como cuando te quitas los zapatos en casa después de estar todo el día sin parar de aquí para allá. Deshicimos las maletas, ordenamos la ropa y el calzado, y poco después, con ropa fresca y cómoda, dimos por iniciados nuestros días playeros tomando una cervecita bien fría en una terraza. La mañana siguiente fue nuestro primer día de playa.... nuestra blancura era patente, pero con una buena capa de protección solar, yo pasé la mitad del tiempo bajo la sombrilla y la otra mitad en el agua. ¡Qué gusto ir entrando en el agua y darse un buen chapuzón! Un día llegaron medusas y no nos bañamos, pero fue solo un día. El resto del día, siesta después de comer, paseo vespertino por el puerto, y en resumen, relax total.
En la próxima entrada más fotos, para no saturar jajajajaj....
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