Una prima mía tiene una casa en la montaña, que es como la obra que nunca se acaba. Tiene lo esencial para vivir, pero siempre hay cosas por hacer y hay muchas partes sin terminar, pero aún así, es como un pequeño oasis de paz en el que se detiene el paso del tiempo. Se oyen los cencerros de las vacas pastando a lo lejos, los cantos de los pájaros, las chicharras, los zumbidos de las moscas y avispas, jajaja... que es lo que menos me gusta. El caso es que tenía pendiente una visita desde hacía nada más y nada menos que cinco años (la última fue aquí) ... Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo y lo poco que cuesta reservar dos días para dedicarlos a esto. Compartimos charlas con una botella de sidra, reímos, nos emocionamos recordando a los que ya no están, jugamos con los gatos, hicimos costillas a la brasa con sarmiento de encinas, vimos caer la lluvia de una tormenta de verano protegidas en el porche, y guardamos todos esos buenos recuerdos en la memoria.
En el fondo son esos momentos los que quedan en el recuerdo, y los que nos llevaremos con nosotros a la otra vida.
Un abrazo ♥♥♥
Qué excelente manera de pasar dos días. Las fotos transmiten la paz que se siente ahí.
ResponderEliminarLindo viaje.
Aisss bonita, lo que acabas de describir, es lo que me hace sentir más feliz y relajada.
ResponderEliminarEstos descubrimientos tan rústicos, esos animalitos tendidos al sol, esa piedra, esa carne al calor de la madera de encina... aisss, ahora mismo me iba para allá; y es que yo soy de campo, de tierra,de pasto, de vacas y ovejas, y alguna cabritilla traviesa,jaja; de noche estrellada, de leche recién ordeñada...
Amiga mía, soñar no cuesta nada; esto es lo que viví los veranos de mi adolescencia y quizás fué la época más feliz junto a la del amor y el nacimiento de mis hijas.
Ea, ya lo he dicho.
UN ABRAZO SOPITA DISFRUTA DE LAS NOCHES FRESCAS, PORQUE EL SOL, AISS EL SOL; PEGA FUERTE ^:^
Conxita