Hace unos días celebramos el cumpleaños de sr. marido. Cayó en lunes, y como
  él tenía fiesta por la tarde y yo tengo jornada continua, "quedamos" para
  comer en un restaurante del centro de
  Pamplona. De primero probé un plato que estaba tan rico que casi se me
  derriten las neuronas, era un suquet de langostinos y pescado, yo no sabía
  exactamente en qué consistía ese plato, pero puedo decir que ya estoy pensando
  cualquier excusa para volver... Después fuimos a la Plaza del Castillo a tomar
  un café, pero hacía un frío tremendo. Aunque las terrazas ponen calefacciones
  de distintos tipos, si no consigues una mesa cerca de ellas, pasas un poco de
  frío la verdad. De camino a la parada del autobús, entramos en una pastelería
  y compramos un dulce que se llama Trenza del Reino, con la idea de comer un
  trocito los tres juntos a la noche, ya que no habíamos coincidido con el chico
  en todo el día.
  Busqué en mi caja de velas de cumpleaños, pero me faltaba un cinco, cosa que
  no entiendo, hemos tenido varios cumpleaños que contenían ese número... El
  caso es que cada uno se partió su trozo, se lo comió y ya está. No sé si os
  pasa lo mismo, pero nosotros nos hemos vuelto cada vez más sosos, incluso los
  regalos ya no son sorpresas sino cosas prácticas que te hacen falta. Es como
  si los hijos fuesen el último reducto de celebración cumpleañera, y cuando
  ellos se hacen más mayores, todo eso se va perdiendo...
  No os doy más la chapa, es Saturday Night (sin fiebre, jajajajaj) y en este
  momento solo puedo acordarme de una de las escenas de baile que más me gusta
  desde que tengo uso de razón.
Feliz noche de sábado :))))))
Light o no, se ve que el dueño del cumpleaños lo pasó muy bien y en la mejor compañía.
ResponderEliminarLindas fotos, como siempre.