El seis de julio amaneció nublado y fresco. Las previsiones meteorológicas anunciaban tormentas por la mañana, y así fue. Los truenos se solapaban con el ruido de los cohetes y la lluvia empezó a caer con fuerza durante el txupinazo. Yo lo vi desde la televisión y fue emocionante, aunque me dejó una sensación un tanto agridulce, por el hecho de ver a miles de personas juntas, riendo, gritando, bebiendo (muchos de la misma botella), vamos, lo que era esto antes de la pandemia. Será interesante ver cómo evolucionan los contagios de aquí a una o dos semanas.
Al día siguiente fuimos con el chico a comer a un japonés, luego él se volvió a casa y nosotros nos quedamos hasta las diez y media que cogimos el bus de vuelta. Mañana nos juntamos la cuadrilla a comer, con ganas después de tanto tiempo. La semana que viene nos vamos a la playa, y así es como irá pasando este mes de julio.
Un abrazo.
A estar atentos con el número de contagios, pero ojalá que no aumenten. Disfruta del verano.
ResponderEliminarParece que han subido, pero casos más leves. Un abrazo
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