Fue una suerte tener un domingo soleado con un cielo azul maravilloso, poder coger mi cámara y salir a dar un paseo. Las flores estaban espectaculares y los numerosos cerezos japoneses que se alinean en un camino cercano, y que hasta hace unos días estaban mustios y tristones, ahora agitan sus ramas llenas de flores dejando un reguero de ellas en el suelo. En un momento dado se levantó algo de viento, y tuve que resguardarme porque literalmente parecía que estaba nevando... Sr. marido preparó unas brasas para hacer pollo, que junto con una ensalada, unos pimientos del piquillo y una botellita de vino, hizo las delicias de todos.
Feliz semana.
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