Madre mía, tantos días sin publicar nada... no tengo perdón, y eso que he tenido vacaciones y todo el tiempo del mundo, pero a veces solo falta tener tiempo para perderlo. He estado como paralizada, esperando las noticias que os comenté en el anterior post. Espero que estéis pasando unas felices navidades, aunque ya de mayores no son lo mismo que siendo niños, siempre nos falta alguien a quien echamos de menos y la ilusión por estas celebraciones se va desvaneciendo.
Al final me traslado de puesto de trabajo (espero que no sea para mucho tiempo), es un cambio importante al que me tendré que adaptar, pero que me está generando mucha ansiedad. Tanto es así, que egoístamente me he centrado en mí, y no ha sido hasta el 22 de diciembre que empecé a poner los adornos navideños. Esa mañana monté el árbol de Navidad, mientras veía en Netflix una típica peli americana que la verdad sea dicha, me arrancó más de una carcajada. De momento ha sido un recuerdo "navideño" que ha grabado el disco duro de mi cerebro jajajaj.... (si me hubiese tocado la lotería el recuerdo sería otro claro).
Por supuesto el día 24, tampoco pudo faltar mi clásico "Un padre en apuros", que la tengo comprada en Youtube y aunque a estas alturas nadie de la familia se apunta a verla, yo me reservo un par de horas ese día y la disfruto como una niña, acurrucada en el sofá con una manta gordita.
Las fotos que os muestro son del 24 y 25 de diciembre: los gambones de Nochebuena, el árbol, el jardín de un vecino, el Paseo Sarasate de Pamplona, el Belén de la Taconera, unos simpáticos ositos, en fin, un batiburrillo de cosas que proyectan lo que ha sido mi cabeza estos días, un hervidero de emociones, incertidumbres y "bolo" en el estómago como le digo yo.
Publicaré otra entrada antes de Nochevieja, eso espero al menos.
Un abrazo ♥♥♥
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