Pocos días le quedan a este verano. Las mañanas piden una chaqueta y las tardes siguen siendo algo calurosas. La gente se casa, los niños juegan, y todavía apetece estar en la calle. Siempre que vamos al centro a comer y damos un paseo después, descubrimos cosas nuevas a pesar de haber nacido y vivido aquí toda la vida. Como los detalles de un comercio que se llamó Confecciones Madrileñas y que echó el cierre de este año. Abrieron en 1941 y es maravilloso ver los dibujos en el techo, las cristaleras y el suelo. Recuerdo ir con mi madre de niña a comprar ropa de sanfermín.
Espero que estéis acabando bien este verano, yo cogí un libro de la biblioteca, del cual he leído magníficas opiniones, no sé, todavía no lo he empezado. Ya os iré contando.
Un abrazo.
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