Pues nada, ya estamos en verano. Después de días lluviosos y frescos, intercalado con alguno de calor sofocante, parece que el tiempo se va estabilizando en lo que a termómetros altos se refiere. Las tardes se alargan, y da gusto salir al jardín después de cenar y disfrutar de ese rato en el que poco a poco va oscureciendo. Me gusta encender las velas y quedarme ahí sentada, con el aire fresco y el sonido de algún pájaro aislado y de algunos niños que aún quedan jugando en los columpios cercanos. El chico ya acabó las clases, parece que ha aprobado todo, así que el próximo año empezará el último año de carrera. Recuerdo cuánto me gustaba tomar una foto de los libros y cuadernos el último día de clases cuando era más pequeño. Ahora no usan libros, así que me conformo con el pequeño desbarajuste de parte de su escritorio (se puede intuir qué es lo que está estudiando, jajajajaj...).
La última foto la encontré en la cámara, y resulta que era del mes pasado, del día de la madre. Le dije al chico que fuese a comprar el pan y de paso tres pastelitos para celebrarlo. A mí me trajo un bollo suizo, jajaja... que estaba bien rico por cierto.
Hasta pronto :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. Me alegrará mucho que dejes un comentario, los leeré todos. Un beso.